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Gobierno de Claudia Sheinbaum y la Iglesia católica unen fuerzas para desarrollar un nuevo plan de desarme en México

El Gobierno de México ha dado inicio este 10 de enero al programa nacional de desarme voluntario ‘Sí al desarme, Sí a la paz’, diseñado con el propósito de que los ciudadanos entreguen sus armas de fuego a cambio de una compensación económica. Claudia Sheinbaum, acompañada por los secretarios de la Defensa Nacional, Marina, Seguridad, Gobernación, así como diversas autoridades locales y religiosas, ha presidido este viernes el acto oficial en la explanada de la Basílica de Guadalupe. La ceremonia ha estado impregnada de gestos que reflejan el acercamiento entre el Gobierno mexicano y la Iglesia en pro de la construcción de la paz en el país, un compromiso que la presidenta asumió durante su campaña. “Las armas son un emblema de la violencia y la muerte. No deseamos que ninguna familia tenga un arma en su hogar”, ha declarado la presidenta, quien ha enfatizado la importancia de abordar las causas de la violencia desde la primera infancia.

El Gobierno instalará varios puntos en iglesias de todas las creencias para realizar estos intercambios. Primero en Ciudad de México, donde mantendrá un puesto fijo en la explanada de la Basílica hasta el 17 de enero. Después, se trasladará a otros Estados fuertemente castigados por la violencia como Guanajuato, Baja California, Estado de México, Tabasco y Guerrero. Es la primera vez que la estrategia se llevará a cabo a escala nacional, antes ya fue implementada en la capital, cuando Sheinbaum fue jefa de Gobierno y ahora la mandataria busca llevarla a otras partes del país. “Cada arma recibida es un delito menos o una lesión menor”, ha subrayado la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Será esta dependencia la que coordine el Plan de Desarme junto a los diferentes niveles de Gobierno, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, Guardia Nacional y Secretaría de Seguridad Pública. La finalidad es contribuir a la prevención y la disminución de los homicidios y los feminicidios, pero también de las lesiones y las muertes accidentales por arma de fuego que en su mayoría están protagonizadas por menores de edad.

El plan no solo representa el acercamiento entre Sheinbaum y la Iglesia, muy crítica durante la Administración pasada con el manejo de la violencia y la inseguridad en el país. También habla del acercamiento de la Iglesia con la Administración actual. “Nuestro país necesita vivir en paz y la presencia de la presidenta nos da testimonio de preocupación e interés por llevar a México a esta condición de unidad y paz”, ha expresado el rector de la Basílica, Efraín Hernández. Se trata de la primera vez que un representante del Ejecutivo participa en un acto con autoridades religiosas en un recinto como este. Pocos símbolos en el país unen tanto a los mexicanos como la virgen de Guadalupe, patrona indiscutible de todos, profesen la fe que profesen. Para finalizar la presidenta ha terminado citando las palabras del papa Francisco: “No es lícito que nadie mire de arriba abajo a nadie porque todos somos iguales. La única forma lícita de mirar a alguien de arriba a abajo es cuando uno le da la mano para levantarse y eso es lo que estamos haciendo”, ha dicho Claudia Sheinbaum.